Sergio Daga tuvo la oportunidad
de saludar hace menos de un mes al padre en Roma, quizá ha sido el último
Boliviano que habló con él, “Nos
dijo que nos queramos mucho. Que la misericordia hay que vivirla siempre; y
también que seamos siempre alegres. Al momento de saludar a cada uno, le
dijeron que yo era de Bolivia, me miro me agarro de la cabeza con cariño y me
puso en su pecho, mientras me decía que les diga a los Bolivia "que el
Padre reza mucho por ellos, que el Padre está con ellos". Bendijo una foto
de mi familia, un crucifijo y un denario.”