Peregrín Ortiz tuvo que empezar
de cero, trabajar aprendiendo y gracias a este esfuerzo formar su empresa que
fracaso y como ave fénix volvió a vivir
y después de consolidad sus negocios pues fue visionario en las redes
que se venían, pudo cristalizar su sueño agro industrial con una viña y bodega
en Samaipata. El valor de la experiencia llevado con perseverancia, esto es lo
que aprendimos en esta sesión de VAEX.